martes, 9 de septiembre de 2014

La chica fluorescente

Podemos empezar hablando de ella,
fijándonos en los rizos perfectos que su pelo tiene,
los dos hoyuelos bien marcados que tanto odio
pero a la vez quiero,
o me atrevería a decir en que tiene el número de pecas ideal para mí.

La chica fluorescente no es especial,
vamos, ni por asomo;
pero lo que hace que yo la vea especial,
es que cuando la toco,
la siento,
o la enverso,
siempre hace que yo me sienta especial.

Podrían pasar cuarenta años,
y la seguiría viendo igual de preciosa,
mística y fluorescente que siempre.

Y a vosotros,
almas vagantes que siguen buscando su chica o chico fluorescente,
sólo os tengo que decir que miréis a vuestra derecha,
cerréis los ojos,
y cuando los abráis ella estará allí,
moribunda,
pero con los hombros bien puestos para amaros.

Porque al fin y al cabo,
también ha encontrado a su persona fluorescente.


Creo que os tengo que dar las gracias por aguantarme, sí.

2 comentarios:

  1. Precioso. Sin palabras.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado, me parece muy bonito el mensaje que transmite.
    Te sigo, un beso!
    http://relatosdeunolvido.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar