martes, 14 de octubre de 2014

Enversar es muy mío.

No te asustes si no estoy ahí,
no te asustes si no vuelvo a aparecer desde las sombras,
en nuestro único suspiro,
en nuestro último roce que hizo saltar lágrimas de las hojas.

No te asustes si me contagio de ti,
si dejo de verte entre los dulces piñones de ahí fuera,
porque quiero abrazarte sin que estés presente en mi borrachera,
sin que quieras dormir entre las hamacas del jardín,
ni que llores contra mi famoso esmoquín.

No te asustes si no vuelvo a enversarte,
si no vuelvo a gritarle a los cuatro vientos los bonito que es besarte,
porque dos líneas de mierda no son necesarias para explicar lo que me haces ser,
cuando de la nada me aprietas contra las cuerdas y me vuelves a embellecer.

Prométeme que te irás,
y que no volverás ni me guardarás
entre tus intensos abrazos 
y dormidos suspiros que tanto deseo,
pero que no puedo.

Me despido de ti y de vosotros,
jóvenes efímeros sin saber lo que está por llegar,
con un 'enversarte es muy mío, y a la vez nuestro'.

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